Qué es lo que querés?
Esa es una pregunta clave.
No la respondas a la ligera. Si no querés, no la respondas en absoluto.
Ese es el problema que todos tenemos.
No sabemos lo que queremos.
Queremos desesperada, ansiosamente. Queremos y queremos a toda costa.
Pero no sabemos qué.
Por eso nos mareamos y nos desequilibramos.
Porque en vez de buscar adentro averiguar que queremos, nos lamentamos y nos retorcemos, buscando una solución que nunca llega.
Y tratamos de tapar la ansiedad relacionándonos con otras personas.
Y trabajando y comiendo y fumando.
Cuando no sabés que querés, el balance se te descalibra todo y la mente se te vuelve un Caos.
Y si tu mente es un Caos tu mundo se vuelve de cabeza.
Estás atrapada.
Estás acorralada por muchas presiones que dejaste entrar a tu vida sin darte cuenta.
Miles de cables como cadenas que te conectan a la gran red del pensamiento humano.
Te enredaste en miles de ciclos de los que ahora no sabés como salir.
Y te olvidaste de preguntarte lo único que importa.
Qué es lo que querés?
No querés paz?
No querés reirte y divertirte?
Y acicalarte y escuchar buena música?
Es fácil. No es tan difícil encontrar lo que querés.
Se complica ver claro porque aparecen miles de cosas que te nublan la vista.
Nunca miraste de cerca una flor o una planta, y sentiste que era la primera vez que veías una cosa así?
El mundo es un lugar hermoso lleno de cosas buenas.

Lo dijo Enrra, o William.